Sólo a veces, sabor entre madejas
o la armoniosa convergencia de muslos,
que se separan ante el calor implacable
o la suave brisa.
Manantiales formados
en la conjunción de párpados cerrados.
Suspiros deshilachados en el vapor
que unos labios convierten en gotas de rocío
y la lengua sedosa, recoge al punto.
Hebras con que tejer una noche,
red de estrellas o gotas
que caen resueltas
sobre la conciencia insomne.
Sin dormir, buscando una sombra
en la que apoyar un estímulo
y encender una hoguera
al contacto de la piel, entre dos cuerpos
o pedernales en furiosa pasión.
Escrito en Diciembre de 2014 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz"
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